Hacia la oscuridad,
a la penumbra, cogida de tu mano
y no me importa ya
que el brillo de todas las estrellas
sean una ilusión o una mentira. Yo me voy de tu mano
no me importa. Porque el miedo no deja de ser luz
y ya no tengo miedo. Porque en la oscuridad
ya no hay sombras posibles. De tu mano me voy
a la penumbra. Donde la luz no ciega
donde las cosas son
tan sólo porque estamos.
C
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