sábado, 7 de febrero de 2009

Tengo una orquidea







Entre la voz y los labios algo se va muriendo
converso, gritó, escupo al cielo las estrellas
e intuyo que en el vértice último de mi boca
la humedad de mi lengua explota y late.

Me han dicho que lo hechos ni siquiera son hechos
las palabras, al menos, son palabras
y las busco y coloco por orden alfabético
para que no se pierdan ni puedan engañarme.

Yo querría saber que será de ellas cuando yo ya no esté,
cuando mi boca se vuelva cuerda y fría.
Y hablen otros de mi,
(desde mi boca o desde más lejos)
si las darán por muertas.

Llegado ese momento
en que el crepúsculo sea algo
si cabe más oscuro.
Si la noche se vuelve algo más negra y
el mundo algo más grande.
Cuando el amancer sólo sea un souvenir
de que estuvimos vivos
emergerán mis palabras de la tierra
tan ardientes
tan vivas como nunca.



Cristina

3 comentarios:

  1. Enhorabuena por la decisión y también ¡¡Ya era hora!! De todas formas, siempre echaré de menos "la pantera".
    El poema es muy bonito pero me faltan las orquídeas.

    ResponderEliminar
  2. Señorita, ahora le toca actualizar. Si puede ser algo para Nano, por guapo, se le agradecería.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Te he descubierto. ¿Ahora qué? Me gustan los poemas en los que el título solo se intuye en el texto. adeu

    ResponderEliminar

post-its